Sonetos y sonatas.
¿Nunca os han dicho que "la
música es un lenguaje"? Sí, que el compositor, y sobre todo el
intérprete, expresa sentimientos e ideas, igual que el poeta... A mí
eso siempre me ha parecido una solemne estupidez..., sobre todo porque
nadie ha sido capaz, cuando se lo he pedido, que me interprete al
piano, la flauta o cualquier otro instrumento que no sea la voz humana
este mensaje tan sencillo: "Tengo que ir al dentista esta tarde".
Sí, con cualquier instrumento se nos puede causar un enorme dolor de
cabeza, cierto, pero con ninguno se puede decir "Esto es un dolor de
cabeza". De todo eso deduzco que no, que la música no es un lenguaje.
Además, es sintomático que cuando lees un libro no necesitas que nadie
te lo interprete, a no ser que esté escrito en otro idioma. Y sin
embargo toda obra musical necesita un intérprete, alguien que te haga
sonar lo que el compositor escribió en hojas de papel. También se habla
de "la partitura" como si fuera la música misma. Eso es una necedad: la
partitura es un papel manchado de tinta que sólo los intérpretes o
gente versada en el arte de la música es capaz de leer, y una parte de
ellos puede interpretar. Es una descodificación lo que hacen los
intérpretes: sí, son estos los que son capaces de leer la música y
decirnos a nosotros cómo suena a través de sus instrumentos, o incluso
cantando.
Un soneto es una clase de poema, de hecho la forma poética más popular
desde el siglo 16 hasta ahora, si no desde antes. Consta de
catorce líneas (llamadas versos) de once sílabas cada una agrupadas en
dos cuartetos, o grupos de cuatro versos, que riman (o sea, tiene las
mismas vocales o las mismas vocales y consonantes a partir del último
acento) el primero con el último y el segundo con el tercero, o bien
alternativamente, el 1 con el 3 y el 2 con el 4; y dos tercetos, cuyos
seis versos riman alternativamente o el 1 con el 4, el 2 con el 5 y el
3 con el 6.
El soneto más famoso es, a mi entender, el que incluyó don José Félix Lope de Vega y Carpio en su comedia "La niña de plata":
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Como veis, aunque el mensaje de este soneto no es tan grave, pues se
refiere a lo que es un soneto y nada más, su contenido está muy claro.
Una sonata es una composición musical que en su origen significaba que no era cantada, o sea que no era una cantata.
Pero desde el clasicismo (o sea, desde Mozart hasta la primeras obras
de Beethoven) se ha definido como una composición para uno hasta tres
instrumentos diferentes, con uno o dos temas (melodías) musicales
diferentes que tiene tres o cuatro movimientos diferentes, el primero
de los cuales tiene tres partes a su vez: exposición, desarrollo y
recapitulación. Es un movimiento muy vivo, y no podemos dejar de citar
la Marcha turca de Mozart. A este primer tiempo le sucede un movimiento más lento (el más célebre, a mi juicio, es el célebre adagio, o despacio, de la sonata 545 del mismo autor).
El tercer movimiento es una danza, que puede ser un minueto o un
"scherzo" (que significa "broma" en italiano), y el cuarto puede ser un
rondó (una danza que al final repite el tema inicial) o un movimiento
alegre más libre que el primero.
El resumen es que el soneto sí nos dice algo, está escrito en un
lenguaje que todos podemos comprender, mientras que la sonata es algo
que cada uno de los que lo escucha (no basta con oírlo) lo interpreta a
su modo. El intérprete, o sea, el que toca la sonata, hace su
interpretación de lo que ve escrito, y somos nosotros los que
comprendemos, o intentamos comprender, el sentimiento del artista al
componerlo, y sobre todo al tocarlo, y eso puede coincidir con la
realidad o no, porque no hay ningún signo o símbolo que nos llegue por
el aire y nos comunique mensaje alguno. La música nos puede sugerir un
abanico muy amplio de posibilidades en nuestros sentimientos o no. El
soneto, en cambio, dice lo que dice. Nos puede evocar mil y una otras
cosas diferentes, pero decir, dice lo que dice, y ese de Lope nos dice
lo que es un soneto. Si interpretamos que el autor estaba harto de
vino, o era presa de amores contrariados, o simplemente se estaba
riendo del lector, es una INTERPRETACIÓN que hacemos nosotros, pero el
soneto en sí dice, en este caso, lo que es un soneto. En nuestra
interpretación de la sonata la interpretación también es nuestra, pero
no hay mensaje textual, porque una sonata NO DICE nada, simplemente
suena, y si te evoca sentimientos agradables, mejor para ti.
Estudiaré encantado las críticas que tengas a bien enviarme a mi dirección.