Volver

27 ensayos.JESÚS ÁNGEL.

España me roba.


O por lo menos los que se creen que son España nos roban a los que ellos consideran súbditos aunque nos llamen ciudadanos cuando quieren nuestro voto. El Gobierno nos pone impuestos abusivos, directos e indirectos, por todo. El IVA ha subido en años recientes desde el 6% al 21%, y nadie se mueve en este país. Si eres una persona ahorrativa y no gastas mucho, y te va sobrando dinero, te conviertes en eso que dice que hace falta en España, al menos de boquilla, el Gobierno: gente que ahorra. Pero desde los últimos días del infame gobierno de Zapatero se grava el ahorro: si tienes un dinero en tu banco a plazo fijo, tienes que pagar el 21% de los intereses que te pague el banco. O sea, que sólo te escapas de la codicia del Estado de una manera: gastándote todo lo que tengas (aunque sí, ya sé: te cuesta el 21% que se irá en impuestos) y apañándotelas para que te despidan: dejas de trabajar y entonces pasas de cotizar a ser cotizado, de alimentar al sistema a vivir a costa de él, al cobrar el paro. ¿Y os quejáis de la «economía sumergida» y «del dinero negro»,  de las dobles contabilidades y de la evasión de impuestos? Pues vosotros, señores políticos, sobre todo los gubernamentales, lo estáis promoviendo. Estáis promoviendo la pereza, la desidia, la insolidaridad, el fraude fiscal y la falta de ganas de trabajar. ¿Esto tiene que ser así? ¿No tenéis luces para invertir la tendencia?

Hace un rato me ha sorprendido un vecino con una linterna mirando mi contador de la luz, para ver si es cierto que he gastado las más de cincuenta mil pesetas que dice Iberdrola que he consumido. En esa factura tan pormenorizada se habla de un «peaje», que cualquiera sabe lo que es, como si de mi estudio al comedor fuera por autopista de pago, de unos impuestos que sobrepasan el precio de lo que la empresa cobra por el consumo, que además está muy por encima de lo razonable, tanto que la propia empresa te rebaja el 20% si se lo solicitas graciosamente. Pero mi vecino se me ha quejado de que a él le han cobrado una factura similar, «teniendo mucho cuidado». Le he dicho lo más lógico: «pues cuando sean elecciones, vas y votas otra vez, para que esta gente te siga haciendo la vida imposible».

Lo curioso es que casi todo el mundo sigue diciendo esa jaculatoria, que creo que no entienden, de que «si no votas, viene la dictadura». ¿Otra? Porque esto sí que es una dictadura de verdad, y no la de Franco. Cuando estaba el Viejo Dictador no había IVA. El IRPF era todo lo que tenía que pagar todo aquel que tuviera un trabajo fijo. Los impuestos indirectos eran de un risible 3%, y había productos que no lo tenían. Sí, no podías  votar a quien hacía leyes abusivas. No podías hablar de lo que quisieras, y es cierto que había autoritarismo en las relaciones laborales y hasta en las particulares. Pero ahora salte de la foto y ya verás lo que te pasa. Porque entonces si te salías de la foto podías tener un problema con un individuo, pero ahora los tienes con todos, dado el éxito del lavado de cerebro a que nos tienen sometidos los políticos con su arma más malvada: los medios de comunicación.

Lo peor de este sistema perverso que no sólo padecemos, sino que financiamos por imperativo legal, es que están haciendo bueno a Francisco Franco Bahamonde.

Pero a Franco no lo pudimos echar, y sin embargo a estos que le hacen bueno sí que los podemos echar. Bastará con que no les votemos. ¿A quiénes? A nadie. Porque todos los partidos, e incluso todos los individuos, que se prestan a ser candidatos participan de este perverso sistema son culpables de insolidaridad, y por lo tanto no se merecen nuestra confianza. Tenemos que hacer algo los ciudadanos, y eso pasa por la abstención masiva. Que caiga el sistema. Y cuando este sistema injusto caiga por falta de votantes, tendrán que hacer otra constitución. Y en esa constitución debemos tener que decir nosotros, el pueblo. Y diremos que todo es de nosotros, no del gobierno, ni del rey. Y que no queremos a un rey que lo sea sólo por haber nacido. Queremos a un presidente que podamos echar cuando no actúe en pro del interés del pueblo. No queremos a nadie aforado, sino a  todos responsables ante la justicia. Queremos una justicia que emane del pueblo, no del gobierno. Queremos unos legisladores que no dependan del gobierno, ni un gobierno que le deba el puesto a los legisladores. Queremos que desaparezca el Tribunal Constitucional, y un Tribunal Supremo totalmente independiente de los legisladores y de los gobernantes, pues será elegido en su totalidad por los propios jueces según su mérito y saber hacer, y no según el interés del partido mayoritario, como sucede ahora. Queremos, en suma, democracia. Queremos una república, porque queremos que el sistema político de este país sea nuestro, porque el país es nuestro, no del rey ni del gobierno de turno.

Ni tampoco queremos que el Banco Central Europeo ni capitalistas desconocidos a los que nadie ha elegido gobiernen al gobierno.


Estudiaré encantado las críticas que tengas a bien enviarme a mi dirección.




Volver