Las siete artes, que son seis.
En cierta ocasión en que hablábamos de cine, alguien lo mencionó como su sinónimo la expresión “El arte séptimo”,
sin que a mi pregunta nadie supiera responder cuáles eran las otras
seis que le anteceden. El tema me interesó tanto que decidí hacer una
investigación por mi cuenta, y llegué a la conclusión de que en
realidad había sólo dos artes: la arquitectura y la poesía.
El arte que deriva de la necesidad de guarecerse de las inclemencias
del tiempo, y el arte que nos eleva, nos entretiene y nos acera a Dios,
o a los dioses. Pero de la arquitectura derivan dos artes menores: la escultura y la pintura. Su objetivo es hacernos agradable la estancia dentro de nuestra casa. La poesía, a su vez, tiene otras dos artes afluentes: la música y la danza.
Hagamos el recuento y verán ustedes que son seis. Y el cinematógrafo
¿es la séptima arte? Pues a mi juicio no lo es, porque es una mezcla de
las otras seis, o si quieren ustedes, una combinación variable de
ellas: básicamente es el texto de la poesía combinado con la música
cantada, bailada declamada por unos actores que se mueven en un
decorado que le debe todo a la arquitectura, la escultura (a la que se
quiere parecer), y a la pintura, pues las imágenes en movimiento no son
otra cosa que pinturas realizadas por procedimientos físico-químicos.
¿Y dónde fue a parar a literatura? ¿Es un arte la literatura? Es el
arte más antiguo que hay, pues la poesía es parte de ella, ya que es
objeto de su estudio y emulación. Porque ¿qué es la prosa sino poesía
sin rima ni estructura rítmica periódica? La literatura, a mi modo de ver, es el principio y el fin de todas las artes,
y de hecho el cine no es el séptimo o la séptima arte, porque no
es más que literatura en imágenes. Por lo tanto las seis artes clásicas
siguen siendo seis, y el séptimo arte es tan falso como el género
masculino que se le atribuye, ya que las artes siempre han sido tan
femeninas, como las musas que las protegen y las diosas que, se supone,
las crearon.
El cine sigue siendo lo que ha sido siempre: un negocio que vive a costa del arte.
Es una verdadera lástima que hoy en día se quiera vestir a la
literatura de cine por medio del best-seller, y se maquillen los textos
de tantos buenos escritores porque “no son políticamente correctos”, y
se les promocionen como se hace con las películas porque “la taquilla”
(en este caso virtual) es la que manda. Y un cuerno.
Estudiaré encantado las críticas que tengas a bien enviarme a mi dirección.